Hoy es el último día de los festejos navideños.
Que nadie me recuerde que estoy a dieta mientras me como mi pedazo de roscón de reyes. Es más, no pienso parar de comer roscón de reyes hasta que me toque el regalito que lleva escondido. Y si no me toca, más vale que me escondan algo dentro para que deje de comer.
Ya me he tomado el protector estomacal porque me esperan unos jumbos para almorzar. Los jumbos son unos gambones de un cuarto de kilo cada uno. Les haré hueco. Prometo foto para recochineo del personal.
¡Ah! Y los reyes me han traído carbón. Eso es porque he sido bueno porque a mí me sirve para encender una barbacoa. Y la carne prefiero ponerla yo. Es que no se puede comparar la carne de cochino ibérico con la carne de cochino de oriente. Los cerdos vietnamitas no sirven para comerse. Por eso los venden como animales de compañía. Anda que si me regalan un cerdo de Jabugo me iba a hacer mucha compañía ¡Al carbón que me han traído los reyes magos lo ponía yo!
5 comentarios:
Pues sí, han terminado por fin estas fiestas de gula y comidas sobreabundantes.
Y digo yo, habrá que ir pensando en celebrar algo con un buen almuerzo ¿no?
Fdo: El señor Canijo
Tu funeral.
Yo me apunto!! jeje
Al funeral no, a la comida!!!
PD.: La señorita sosa-canija
¿no era antes el del padre??
Tengamos la fiesta en paz. Cualquier excusa es buena para reunirnos y comer ¿Verdad?
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