lunes, 17 de enero de 2011

Día 35: Recuperando terreno.

Hoy me he levantado con la obligación moral de pesarme e, ignorando la costumbre de desoír lo que mi ética me dice, lo he hecho.

90,3 Kg.

Parece que ya he recuperado el terreno perdido durante los festejos navideños y he vuelto a conectar el ascensor en modo caída libre. ¡No hay quién me pare! Aunque un bollo con mortadela bien que podría hacerlo.

La motivación que me empuja a padecer esta dieta es para estar preparado cuando al gobierno de turno, motivado por la presión de la opinión pública –que no la mía-, le dé por atacar a la comunidad gorda alegando que los problemas de salud de estas personas les cuestan mucho dinero a las arcas del estado, que hay que adaptarse a otros países del entorno europeo con menor número de gordos entre sus ciudadanos o que se debe mirar por la salud de la ciudadanía y se ponga como objetivo erradicar con el sector de la población que tenga un índice de grasa corporal superior a 25. Algo similar a los que han hecho –acertadamente- con los fumadores.

¿Y qué van a hacer? ¿Limitar el número de tapas que puede comer un gordo en un bar? ¿Sólo servirles productos lights (de los que ya hay disponible hasta la cerveza)?

¿Sabéis cuál es mi opinión? ¡Qué les den por culo a los gordos! Total, yo ya estaré canijo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si eso ocurre podrías montar un restaurante solo para gordos!! Total ya has cogido experiencia en preparar suculentos platos bajos en calorías!! Aunque...no tengo yo mu claro que las ensaladas que haces no engorden!! Casi no se ve el verde de la lechuga con tanto condimento!! de eso no pones foto, eh??

el tío a dieta dijo...

Disculpe que le informe que las ensaladas que inundan mi dieta están específi-camente diseñadas por el mejor equipo nutricionista de la ciudad para facilitar la pér-dida de peso sin que conlleve una pérdida de motivación. Su eficacia se puede com-probar con los éxitos obtenidos.

¿Acaso preferiría que volviera a la espumosa ensalada líquida de cebada?