jueves, 16 de diciembre de 2010

Día 4: Las cuentas.

Hoy me he levantado con el ánimo lo suficientemente fuerte como para subirme en la báscula. Después de meditarlo en el trono de meditar, evidentemente y valga la redundancia, lugar donde tengo la insana costumbre de sentarme cada mañana nada más despertar, lo he hecho.

¿Acaso pensabais que nunca lo haría? ¿Que no tendría cojones de pisar el cuadrado de la humillación? Pisotones le habré dado yo y todavía sigue funcionando la jodía.

91,6 Kg.

¡Sus muelas! Estoy perdiendo peso al ritmo de las viejas. Para acelerar el ritmo saldría a correr todas las tardes, pero con las pocas calorías que ingiero cada día, no llego siquiera al trabajo de no ser porque el camino está lleno de bares y el aroma matinal a tostadas me lleva en volandas. Además, el tiempo que debería estar dedicándole a hacer ejercicio lo estoy empleando para escribir en este maldito blog que no lee nadie (salvo 15 personas en Inglaterra y dos croatas ¡Gracias! Vuestra fidelidad me da ánimos).

Es el momento de echar cuentas. Necesito tres días para perder un kilogramo de mi persona. Entonces, si quiero perder 15 kilos, tendré que permanecer en este estado de abstinencia 45 días. Mirando el calendario, la dieta debería finalizar el 26 de enero de 2011 ¡Ja! Me veo yo hasta verano.

Hagamos cuentas reales: supongamos que cada día que me salte este estricto régimen de comidas específicamente diseñado por ingenieros dietéticos de la NASA, es decir, mi madre, recupero 1 kilo de peso, de media (y no voy a entrar a desvariar sobre lo que pasaría cuando finalice la dieta si este supuesto fuera cierto). Esto será debido a que pienso ponerme hasta las manillas, tal y como me estáis animando a hacer mediante los votos recogidos en la encuesta.

Supuesto número 2: no seguiré la dieta de forma estricta los días 18, 19, 24, 25, 29 de diciembre y el 1, 5 y 6 de enero, motivado por las diversas celebraciones relacionadas con las fechas en las que estamos, así como compromisos varios. Por lo que, si aplicamos a estos días el primer supuesto, recuperaré 8 kilos. Lo que retrasará la fecha de finalización de esta estúpida dieta 24 días más.

Supuesto número 3: la pérdida de peso no es una ciencia exacta. Lo que supone que tres días a dieta no me aseguran que logre bajar un kilo de peso. Todo lo contrario, lo más probable es que cuanto más tiempo esté a dieta, más dificultad encontraré para perder peso.

Conclusión: ¡Deberé estar a dieta lo que me queda de vida!

¡Ni harto de vino! Bueno, harto de vino sí. Y si lo acompañamos de una tapa de jamón del bueno estoy a dieta hasta el día que me pongan el pijama de madera…

4 comentarios:

Unknown dijo...

Vamos a ver esto es cuestion principalmente de metabolismo, es decir, que si tú ingieres productos de alto poder calorifico pondras más Kilos que por ejemplo yo, por ello creo que la solucion es que te compres otro metabolismo, creo que estan muy baratos en una tienda del centro, no se como se llama, pero si coges por la calle Rioja y pasas por la zona esa que huele a adobo, giras a la izquierda, como hacia donde ponen esos huevos duros tan buenos, sigues un poco recto hasta la plaza esa donde esta ese bar que te ponen un solomillo al güisqui de lujo, y te metes por la calle donde esta el convento donde hacen las mojas los pastelillos, y giras de nuevo hacia la izquierda pasando por el sitio ese de las mejores albondigas de nuestro pueblo, y ahi sigues pa donde tu quieras que con el pateo que te has metido has perdido los 15 kg.
Dejate de rollo y a comé

Unknown dijo...

mi cuestion la cual me impide dormir es:

¿que coño andaría buscando el croata pa llegar a tu blog?

pd: si estar a dieta tanto tiempo implica aguantarte con el "porculito" que estas dando estos dia...opino igual que mi querido hermano: A COMER!!!

Anónimo dijo...

Lo siento por tu intento de dieta, pero añade el 26 al supuesto número 2, con chuletitas, pinchitos, gambitas, tortillas de las buenas, cervecita, anis, mantecados...en resumen, 2 kilos más!

el tío a dieta dijo...

Me niego. No pienso volver a comer aunque sólamente sea por llevar la contraria.

Si es que no se puede tener más desanimadores cerca.